Mejorar el rendimiento de las chimeneas de leña
Las chimeneas de leña
tienen un gran número de seguidores que valoran sus virtudes, pero entre éstas,
hay que reconocer que no se encuentra el rendimiento calorífico.
Hay otros sistemas de calefacción que ofrecen mejores
prestaciones a nivel de rendimiento que
las chimeneas de leña, sin embargo,
lo barato de su combustible sigue siendo un punto a favor para instalar una de
estas chimeneas. La leña es una materia prima muy asequible y aunque se
necesite gran cantidad de ella para obtener el mismo calor que se consigue con
otros dispositivos, los números siguen hablando a su favor.
Lo ideal, en todo caso, sería mejorar el rendimiento
calorífico, pero, ¿Es esto posible? La respuesta es sí, aunque también es
cierto que hay un precio que pagar a cambio.
Las chimeneas de leña
pueden dividirse en abiertas y cerradas. Las abiertas permiten la visión
directa del fuego y disfrutar del sonido de las brasas al crepitar, pero su
rendimiento calorífico no supera el 20%.
Chimeneas de leña y su rendimiento: factor importante
Para minimizar este hándicap, la solución pasa por controlar
el aire que penetra en la cámara de combustión, lo que se realiza mediante la
instalación de un cristal o una puerta metálica.
En el caso de las chimeneasde leña protegidas por un cristal, el hollín se acumulará frecuentemente en
éste, por lo que las operaciones de mantenimiento requerirán de una mayor
frecuencia, mientras que si optamos por la otra solución, tendremos que
sacrificar la visión del fuego, uno de los principales atractivos para quienes
apuestan por las chimeneas de leña como sistema calefactor para su hogar.
A cambio de ello, el rendimiento calorífico de nuestra
chimenea mejorará sensiblemente, llegando incluso a triplicarse, puesto que los
gases calientes permanecen dentro de la cámara y no tienen contacto con el aire
frío del exterior.
Por lo tanto, a la hora de elegir nuestra chimenea de leña
conviene tener muy presente qué pretendemos lograr con ella y si nuestros
objetivos son puramente prácticos –calentar las estancias con la mayor
eficiencia posible- o el componente emocional de la visión y el sonido del
fuego es algo que también ponemos en valor.
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